foto:pol neiman
No sé si fue una decisión. Las hermanas
hablaban no de la paz sino de la espada del mundo. Y los círculos que los amigos dibujaban en
la tierra perdían los caminos a casa. Me incorporé y te supe a salvo. Estabas
tan linda que hasta los pájaros se avergonzaron. Quise lavar tus pies pero no hubo tiempo. Comprendí que a mí me tocaba caminar del lado peligroso de la vida.
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