20.2.10

cuatro breves puntuaciones sobre la amiga y el amigo en la poesía en español

ilustración: joachim lehrer

1.
La extensa obra poética de Juan L. Ortiz está atravesada por la presencia de la amiga:

...Dónde mi amiga a un infinito de la siesta... // Dónde a un infinito de la gravedad... // ... Donde, mi amiga? —pregunta el último poema de La orilla que se abisma.
...Sí, mi amiga, estamos bien, pero tiemblo / a pesar de esas llamas dulces contra Junio... ...Cuándo, cuándo, mi amiga, junto a las mismas bailarinas del fuego, / cuándo, cuándo el amor no tendrá frío?

¿Referirá la amiga o la niña a su compañera? ¿O a la poesía misma, ese tú invocable tan inasible e ingrávido como los poemas del autor?

2.
La misma palabra atraviesa la poesía de Edgar Bayley:
…digo amiga con palabras con horas / con ojos con adioses / con claridad y sombras / y una estrella…
En su libro Celebraciones, el poeta incluye dos poemas con esa palabra: amiga. (...para decir este amor incesante / abierto / amanecido) y amiga que descubres que revelas (tal vez la tierra misma).

¿Es la amiga amante con la que marcha hacia un sentido iluminado y cierto?

3.
Alejandra Pizarnik recrea con maestría la lírica de cancioneros y romanceros en Escrito en el Escorial: te llamo / igual que antaño la amiga al amigo / en pequeñas canciones / miedosas del alba.
La autora deja inédito un poema dedicado a Silvina Ocampo, titulado Al alba venid.
…al alba, / voy a partir / al alba no partáis, al alba / voy a partir…

4.
Hallamos las palabras amigo y amiga en el origen mismo de la literatura en español, en las jarchas mozárabes del más remoto cancionero medieval.
¿Temas y palabras fundantes de nuestra lírica?

Al alba venid, buen amigo,
al alba venid.

Amigo el que yo más quería,
venid al alba del día.

Amigo el que yo más amaba,
venid a la luz del alba.


2 comentarios:

natalia dijo...

Sigo
las
sombras
de Juanele
y es tan no cuerpo
que su poesía se transforma
en el cuerpo de la palabra,
o mejor dicho (peor),
la palabra juega a ser sauce-puente-agua
para que los ojos no sólo imaginen (para entenderse y ser ojos) sino que los ojos ven todo eso, y de repente.

Basquiat dijo...

esas palabras que son títulos, por si solas irradian luz, trasmiten calor.
un abrazo javier.