Abril. Pienso en la opacidad. En los cuerpos a trasluz.
A media máquina, no devendría.
Ni multiplicaría lo que a medio o centro o línea.
Lo exorbitado, lo descentrado; te puede retornar distinto y no.
No retornar.
Puede / podría hacerte volver diferente allí: donde nunca estuviste.
(—¿Ves? —¿Viste?)
Está en tu tolerancia para romperte. Nadie está preparado.
De eso se trata.
Se rompe contra las olas cuando el mar y quien lo describe
se hacen uno.
Mundo como infinito de caer.
Que ni tu vida te pertenezca es ya de por sí una liberación.
No direccionado, estallas en todos los idiomas.
Los alfabetos se deshacen. Hay restos de sentido, como las ruinas. Rememoración, espectros. ¿Qué hacemos con todo eso?
El lugar de las aventuras espera ser construido
Los desacuerdos su fundación.
Veía a lo lejos como fuegos, cuando estaba perdido,
los juegos que tenía que jugar.
No te cuentes en las tardes donde estás de más. No te cuentes.
Dices cosas como las tormentas arrecian porque qué podemos saber de todo eso
A media máquina, no devendría.
Ni multiplicaría lo que a medio o centro o línea.
Lo exorbitado, lo descentrado; te puede retornar distinto y no.
No retornar.
Puede / podría hacerte volver diferente allí: donde nunca estuviste.
(—¿Ves? —¿Viste?)
Está en tu tolerancia para romperte. Nadie está preparado.
De eso se trata.
Se rompe contra las olas cuando el mar y quien lo describe
se hacen uno.
Mundo como infinito de caer.
Que ni tu vida te pertenezca es ya de por sí una liberación.
No direccionado, estallas en todos los idiomas.
Los alfabetos se deshacen. Hay restos de sentido, como las ruinas. Rememoración, espectros. ¿Qué hacemos con todo eso?
El lugar de las aventuras espera ser construido
Los desacuerdos su fundación.
Veía a lo lejos como fuegos, cuando estaba perdido,
los juegos que tenía que jugar.
No te cuentes en las tardes donde estás de más. No te cuentes.
Dices cosas como las tormentas arrecian porque qué podemos saber de todo eso
o de estar a salvo.
Este no es tu primer ataque de pánico —dijo la enfermera mientras ajustaba mi dosis— El miedo tampoco te pertenece— sonrió. (Creo que insinué que me agradaba su lingerie nazi, pero últimamente no ando seguro de nada) — Tontito— dijo— ¿No sabías que escribir es imposible? Vamos a dormir.
Este no es tu primer ataque de pánico —dijo la enfermera mientras ajustaba mi dosis— El miedo tampoco te pertenece— sonrió. (Creo que insinué que me agradaba su lingerie nazi, pero últimamente no ando seguro de nada) — Tontito— dijo— ¿No sabías que escribir es imposible? Vamos a dormir.
textos jg en inglés x silvia camerotto /textos de jg en portugués / textos de jg en portugés II / textos jg en ruso //poesía rusa por natalia litvinova y javier galarza / paseo madrugada / usted no está aquí / dioniso encadenado /
5 comentarios:
Que ni tu vida te pertenezca es ya de por sí una liberación.
No direccionado, estallas en todos los idiomas.
Los alfabetos se deshacen. Hay restos de sentido, como las ruinas. Rememoración o espectros, mejor aún. ¿Qué hacemos con todo eso?
Me quedo con esto y me lo llevo y sigo leyendo buscando, siempre, como un romero. Besos, G.
de eso se trata.
no hay mejor imposible que ese...
abrazos
Romperse a veces es una ventaja. Nacen cosas nuevas.
Ni la vida ni el miedo nos pertenecen. Nunca.
Hay mucho para encontrar en este texto. Me gusta.
Beso.
Después de juntar los pedacitos rotos, vuelvo para dejarte, Javier, un abrazo.
Ema
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