16.3.10

para entrar en otoño


A qué volvería quien tuviera una historia
o hiciera patria en el presente?

No, no era un centro lo que defendías. Peleaste por
un cambio en todos los órdenes.

Acaso no fuiste al fondo de tu realidad para crearla allí donde
no estaba?

Había conceptos previos? Cosas tales como mares o pájaros?

La desesperación es la madre de todos los movimientos.

Un cuerpo es dimensión— no dimensión.
Lo inmensurable mismo, es un cuerpo.

Que ataque lo indescifrable de tu ahora.

El cuerpo no reconocido se desplaza en cobijos parciales.
Efectos, piel o superficie de las cosas. Paul Valery: Lo más profundo es la piel.

Nunca buscaste un camino que no borrara la lluvia.

Viajas hacia donde nunca más podrás reconocerte.

— ¿Viste como está temblando el mundo? — preguntaste mientras apretabas muy fuerte mi pecho. —En verdad este planeta no está preparado para la vida—dijiste —Es tan lindo volverte a ver— insististe y me cabalgaste furiosa. —No hay tal cosa como la tarde en los espejos. —Afirmaste— No existen los poetas. Yo te voy a explicar.


6 comentarios:

meridiana dijo...

No, no existen los poetas, ahora de esas tardes en los espejos...

creo que uno no vuelve, siempre se está yendo

abrazo

Lilián

Liliana dijo...

¿La desesperación es la madre de todos los movimientos?

Quiero otra madre

Dylan Forrester dijo...

Explícale que por aquí al menos hay uno.
Interesante blog.

Saludos.

Karol Arcique dijo...

Hoy aquí ya es primavera, es tan bello de nuevo ver a los masculís florecer...

Abrazos

natalia dijo...

Ojos líquidos querían extraer poesía, entonces fueron hacia el libro de A. Blok, en ruso, edición soviet de 1946.
Y abrí al azar (¿podría acaso existir eso?) en un poema de 1913…



“¡Oh melancolía! Dentro de mil años
no podremos medir el alma:
oiremos el vuelo de todos los planetas,
y los truenos en la calma...

Por ahora — en lo desconocido vivimos
y no conocemos nuestras fuerzas,
y, como niños, jugando con fuego,
a nosotros mismos y a otros quemamos...

A.Blok | 18 de diciembre 1913


Un abrazo,

Emilio dijo...

Muy bueno, saludos.